A pesar de la artera confabulación tramada para presentar de un modo ingenuo, otorgándole nombres populares como la "Plaza de los Colores " o "Plaza de los Teletubis", a esta rotonda de Málaga, su verdadero nombre ya nos pone en una pista sobre su oculta naturaleza como lugar de iniciación hermética. La denominación oficial de "Plaza del pintor Sandro Botticelli" no es casual y obedece a un secreto código que pasa desapercibido al común de los ciudadanos y que alude directamente a la restauración de la dinastía merovingia en Europa frente al poder del Papado, claro mentor de los monarcas carolingios.
Así pues, hemos de saber que Sandro Botticelli, aparte de un pintor del Quattrocento italiano, fue el onceavo Gran Maestre del Priorato de Sión; siendo este dato la clave para una nueva visión a la hora de interpretar el significado de esta plaza. No es tampoco casual su ubicación, al comienzo de la zona conocida como "Teatinos", ya que fue esta orden religiosa la primera en ocupar estos lugares y establecer sede.
Si observamos la estructura de la Plaza del pintor Sandro Botticelli, nos percatamos de que consta de dos círculos perfectamente concéntricos y divididos por un eje central acuartelado compuesto por cinco elementos. Por otro lado, vemos que entre los círculos exterior e interior aparecen otros seis elementos ovalados en forma de parterres claramente enfrentados a una secuencia de siete más siete columnas (catorce columnas en total, por tanto) que jalonan el borde del círculo interior. El mensaje numérico ya es claro si lo ponemos en orden – 6, 14, 5-, ¿pero a qué puede aludir esta secuencia? Pensemos un momento..., ¿no sería plausible pensar que, siendo Sandro Botticelli Gran Maestre del Priorato de Sión, pudieran ser una referencia bíblica? Veamos pues; el seis (primer número de la secuencia) nos da la localización sobre dónde acudir, al sexto libro del Antiguo Testamento, el Deuteronomio. Allí encontramos el capítulo 6 y en el versículo 14 podemos leer: "No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros contornos".
Se suscita la siguiente interrogante que nos ofrece la Plaza del pintor Sandro Botticelli; ¿quiénes son esos dioses de los contornos? La respuesta la encontramos en la última cifra de la secuencia, el cinco. Tal como recordaremos, la estructura acuartelada de cinco elementos es la única que no muestra estructura circular, sino una forma de línea, de vector..., luego, ¿y si ese cinco nos mostrara una dirección a seguir? Si tomamos un rumbo a cinco grados norte nos encontramos con el edificio de la Fundación de San Telmo que, si observamos fotos aéreas, tiene pintado en su tejado un símbolo parecido a un pez, clarísima alusión al cristianismo y a la Iglesia de Roma. La distancia exacta al centro de ese pez desde el centro de la Plaza del pintor Sandro Botticelli es de 358 metros, donde, si sumamos sus cifras, obtenemos el 16, que reduciéndolo mediante una nueva suma a un solo dígito, nos aparece el 7. Este número, de meridianas referencias esotéricas, lo encontramos también en el número de columnas que hay en cada semicírculo de la Plaza del pintor Sandro Botticelli, como si alguien nos quisiera remarcar la relación entre esta cifra y el círculo. La Cábala nos ayudará a resolver este último enigma y poder leer el mensaje oculto de esta rotonda malagueña; en la numerología hebrea (no olvidemos que Botticelli es Gran Maestre del Priorato de nada menos que Sión) el siete representa al círculo llamado "Netzach", uno de los más importantes Sephirot o emanaciones de Dios. Netzach es traducible por "victoria" e implicando, según la Cábala, virtudes de paciencia, fortaleza, es decir, una victoria que llega mediante la paciencia y la entereza.